lunes, 22 de agosto de 2011

Hawking vuelve a hablar de cosmología.




Antes de ser Internado en un hospital londinense a su regreso de Estados Unidos, donde dio una conferencia en la universidad de Arizona, el célebre físico y experto en cosmología Stephen Hawking, de 69 años, tuvo oportunidad para dar una entrevista a un diario londinense, aportando interesantes observaciones sobre su trabajo científico y sus incursiones en el campo literario, donde ha estado divulgando los recientes hallazgos en materia de astronomía. He aquí algunos de sus comentarios, dados con mucha dificultad a través de un sintetizador de lenguaje acoplado a un computador especial.


Indagando sobre el Big Bang
Sobre el LHC o el Gran Colisionador de Hadrones, ubicado en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) de Ginebra, que trata de encontrar la famosa “partícula divina” creado en el momento del Big Bang, Hawking comentó que está a la expectativa de sus resultados, pero aclaró que es todavía temprano para saber lo que revelará, ya que le faltan dos años para desarrollar toda la energía necesaria, que será cinco veces la actual. Sin embargo, teme que se presenten más inconvenientes –como el que paralizó el proyecto poco después de su arranque- o que se encuentren cosas totalmente inesperadas, lo que considera normal cuando se realizan investigaciones tan revolucionarias sobre el origen del universo.

Hawking también está pendiente de una nueva partícula que aparentemente se encontró en el Fermilab, otro laboratorio similar al del CERN (ubicado en Texas) diciendo que los resultados lucen muy interesantes, pero deben ser confirmados primero por otros aceleradores. Esas investigaciones están la línea con las que se realizan en Ginebra, aunque tiene fondos muy inferiores a los del CERN, que ha contado con más de 10 millardos de dólares desde que empezó hace una docena de años y emplea a más de 500 científicos. Hawking considera ambas investigaciones como muy estimulantes, pues se están desentrañando los misterios de nuestro universo, pero reconoce que podría haber universos paralelos donde se apliquen leyes físicas diferentes.

Un alerta sobre los alienígenas

Hawking comentó sobre los últimos descubrimientos astronómicos logrados con telescopios orbitales como el Hubble y el Kepler, que muestran la existencia de millardos de galaxias y la posibilidad de millones de planetas, algunos similares a la Tierra y quizás con vida inteligente. Pero Hawking no aconseja comunicarse con esos mundos, ya que teme que sean mucho más inteligentes que nosotros y con un desarrollo tecnológico tan avanzado que pudieran destruirnos si vinieran por estos lados. Y sobre la existencia de cielos e infiernos que predican algunas religiones, Hawking fue terminante en consideraros como mitos inútiles y dañinos, que nos impide realizar nuestro potencial en vida. “Son cuentos de hadas diseñados para asustarnos y distraernos”, concluyó tajantemente con su natural irreverencia atea.

Sobre los recientes terremotos en Japón y Chile, Hawking se mostró confiado en que la especie humana –que ha sobrevivido muchos desastres naturales- sabrá encarar todas las dificultades para salir adelante. Esto, a menos que se trate de una colisión de un gran asteroide con la Tierra, algo que --según el científico-- confirmaría la inexistencia de un dios benévolo que nos cuida y evitaría nuestra extinción al manera de los dinosaurios. Estas observaciones irreverentes están explicados en su último libro, “El gran diseño”, el cual no fue un best-seller como el primero, “Una breve historia del tiempo”, del cual se vendieron 10 millones de ejemplares. Ahora Hawking está revisando su libro más popular para simplificarlo y reducir su extensión, esperando hacerlo más asequible para las mayorías.

La vida privada de un genio feliz

La entrevista dio pie a indagar un poco más sobre su vida privada. Hawking reconoce que su enfermedad neurológica, ALS, ha sido una gran limitación, pero aclara que le enseñó a no compadecerse de sí mismo, y lo hizo concentrar en lo que todavía podía lograr. En este punto, Hawking aprovechó para agradecer lo calificó de “excelentes cuidados médicos del sistema de salud británico”, que le permitieron conservar un mínimo de calidad de vida.

Finalmente, dice sentirse más feliz ahora que antes de contraer la ALS, ya que le permite dedicarse a la física teórica, una de las pocas áreas en que esa condición no es una limitación seria. Asimismo, el científico dijo alegrarse de poder comunicarse con sus colegas por correo electrónico para compartir datos y conocimientos, algo que no podía hacer fácilmente hace 20 años.

En línea con la posibilidad de viajar en el tiempo, como supone en sus libros, Hawking dijo que le gustaría regresar al momento de 1967 en que nació Roberto, su primer hijo, algo que considera el momento más feliz de su vida. En efecto, ya se le había diagnosticado la ALS y se temía que ya no sería capaz de procrear, algo que quedó desmentido con el feliz evento y con otros dos hijos que tuvo posteriormente, ahora todos adultos productivos.



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