sábado, 22 de octubre de 2011

Auroras Polares, una danza de colores llegadas del sol.



Belleza cromática.

Si un día me toca viajar a las regiones polares, de
seguro que uno de mis mayores anhelos será poder apreciar
la bella de una aurora polar, esta que cuando ocurre inmensa
magnitud cubre de policromía el cielo nocturno. Cuando ocurren en
el hemisferio norte se les llama Boreal y cuando ocurren en el hemisferio sur se les conoce como Austral.

Las auroras por lo general ocurren por sobre los 100
kilómetros de altitud por lo que este fenómeno mas que astronómico
suele relacionarse mas con la meteorología.

Las auroras son el resultado de un fenómeno que ocurre
entre la acción del viento solar y la atmósfera terrestre, las partículas
de viento solar son atrapadas por el campo magnético terrestre
tienden a agruparse en los cinturones de Van Allen, estas son
ciertas zonas de la magnetosfera donde se concentran partículas
cargadas, allí se comienzan estos hermosos fenómenos que toman
su apellido de boreal o austral según el polo.



El viento solar no es más que un chorro de partículas
eléctricas irradiadas por nuestro sol y que son interceptadas por
nuestro planeta a su paso.

Este viento plasmático contiene protones y electrones que
viajan por el espacio a velocidades superiores a los 300 kms. X seg.
Y empleando tan solo cuatro días en recorrer su peregrinar desde
nuestro sol y hasta nosotros, recordemos que son 150.000.000 kms.
la distancia que nos separan de nuestro astro solar.

La tierra genera un escudo protector magnético tan potente
que este es el encargado de desviar hacia los polos estos inmensos
flujos de partículas cargadas.



De la variedad de colores podríamos decir que estas dependen
del tipo de moléculas que sean interceptadas del sol, por ejemplo los
impactos contra moléculas de oxigeno forman auroras verdes como la
de la fotografía de hoy, el impacto con el nitrógeno formara tonalidades
mas rojas y a veces se suelen dar coloraciones azuladas por el impacto
con el hidrogeno, gas que esta en las capas mas altas de nuestra atmósfera.

Este hermoso fenómeno se comienza con un efecto brillante en el
horizonte seguido de un arco iluminado que a veces cierra el cielo formando
lo que se conoce como corona boreal.

Pero en la mitología romana, vemos que aurora se personifica como
el amanecer, Es una hermosa mujer que vuela a través del cielo anunciando
la llegada del sol.

En fin podríamos continuar hablando tantas y tantas cosas, pues
cuando de belleza se trata las palabras siempre abundan….pero también es
verdad que una mirada vale mas que mil palabras.

Pero cuidado.

Cuando hablamos de estos fenómenos tan hermosos como
el de hoy, siempre olvidamos que toda moneda tiene dos caras y la
verdad es que estas auroras polares que como hemos dicho provienen
del viento solar chocan con nuestro escudo magnético y son desviadas
a los polos, pero recordemos que en nuestra atmósfera se han detectado
dos agujeros que permiten que las partículas de nuestro sol se filtren y
finalmente lleguen a nuestra tierra.

Lo anterior debido a que tradicionalmente se creía que cuando los
Campos magnéticos del sol y de la tierra se encontraban alineados , no existía
la posibilidad de filtración de partículas gracias a nuestro escudo, hoy por
hoy, se ha comprobado que cuando esto ocurre, se filtran 20 veces mas
partículas que las teóricas posibles. Esto fue descubierto utilizando simulación
por ordenador y se comprobó la existencia de uno de ellos en una alta latitud
del hemisferio norte y otro en el hemisferio sur, ya existen satelites encargados
de revisar tamañas fugas.

Pero la acumulación de estas partículas, causan lo que se conoce
como tormentas magnéticas, las que pueden sobrecargar las líneas eléctricas
provocando apagones generalizados, de este mismo modo las partículas pueden
causar tormentas de radiación, poniendo en peligro las rutas de las naves espaciales.

Esperemos por el bien de la humanidad que podamos seguir disfrutando de
estos fenómenos, pero siempre muy a los polos.

¿Existen auroras en los otros planetas del Sistema Solar?
Mercurio


La atmósfera de este planeta es tan delgada (casi inexistente) que los iones provenientes del Sol se precipitan directamente sobre la superficie del planeta.

Venus

Nuestro planeta vecino posee una densa atmósfera llena de nubes, dióxido de carbono y nitrógeno.

Pero en este caso el problema no es la debilidad de su atmósfera sino la de su campo magnético, que no es lo suficientemente grande como para provocar las auroras que se observan en la Tierra y en otros planetas magnéticamente poderosos.

Sin embargo, en Venus se pudo observar a través de la mirada infrarroja del Keck Telescope de Hawaii, un efecto similar, que los especialistas llamaron “Brillo nocturno”, porque sucede en la noche del planeta, y podría ser producto de la radiación solar en colisión con los átomos y moléculas de la atmósfera venusiana.

La Tierra

En el planeta azul las auroras son un fenómeno recurrente en los polos, especialmente en otoño y primavera, durante la hora previa a la medianoche local.

Las regiones más propensas a manifestar este fenómeno son las que se sitúan en un círculo de 22°de latitud a partir de cada uno de los polos magnéticos de la Tierra. Las partes más bajas de la aurora comienzan a 90 km. de altitud, y pueden extenderse hasta los 1000 km.

Marte

Como Venus, Marte carece de un campo magnético importante, sin embargo, con técnicas de detección ultravioleta, fue descubierta un tipo de “aurora” diferente a la de los otros planetas.

Se trata de una aurora altamente concentrada, controlada por las anomalías del campo magnético (a veces provocadas por rocas de la superficie altamente magnetizadas). Estas auroras son emisiones específicamente localizadas en la corteza de Marte.

Las auroras de Saturno a través de los días


Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno

A partir de Júpiter, las auroras polares como la de la Tierra son fenómenos registrados de estos enormes planetas gaseosos.

Los planetas externos están todos rodeados de campos magnéticos importantes.



En el caso de Saturno, las auroras detectadas tampoco serían visibles a través del ojo humano, sin embargo su existencia fue comprobada gracias al uso de tecnología ultravioleta.

Júpiter presenta un caso muy particular, porque se cree que sus asombrosas auroras polares son provocadas por la acción de su fogosa luna Io.

La presencia de auroras también fue registrada en los lejanos Neptuno y Urano, cuya distancia del Sol echa una incógnita sobre la causa de estos fenómenos sobre sus atmósferas.

Se cree que los anillos que rodean a esos enormes de gas tampoco son lo suficientemente poderosos como para provocar auroras, como si lo es Io en el caso de Júpiter.