jueves, 19 de mayo de 2011

Vientos tormentosos barren el polvo interestelar de las galaxias.





Cuantos misterios se nos develan a cada rato allí arriba, por ejemplo hablando de las galaxias, por definición decimos que es un sistema masivo de estrellas, nubes de polvo y gas, planetas y otros cuerpos mas pequeños unidos gravitacionalmente y rodeados por materia oscura, la cual actuaría como compactadora de estas, así estas verdaderas islas cósmicas viajan por el universo y dentro de ellas se va dando la evolución estelar, es decir llegando a su fin algunas estrellas y con esto, dando inicio a la formación de nuevas generaciones de estrellas.

Pero hoy, hemos recogido una nueva información que nos ha puesto a pensar, esto es, la detección de fuertes tormentas de polvo saliendo despojadas de varias galaxias, lo cual trae consigo una gran consecuencia que es el detenimiento del proceso de formación de nuevas estrellas. Gracias al telescopio espacial Herschel, hemos logrado detectar estos nuevos eventos, que aunque los sospechábamos, no teníamos pruebas concretas de que ocurrieran.

Los vientos en cuestión son de una magnitud extraordinaria, algunos llegan a soplar a más de 1.000 km/s, es decir, ser unas 10 000 veces más rápido que los huracanes terrestres. Esto, además de su gran relevancia en la entrega de información de lo antes mencionado, nos lleva a pensar sobre las consecuencias que podrían tener para ciertas galaxias, pues, estos vientos podrían alcanzar una magnitud suficiente como para detener por completo la evolución de aquellas estrellas que se encuentran en pleno proceso de formación, despojando de la materia prima indispensable para esto.
De ser así, algunas galaxias, podrían llegar a perder todo el material que le permite formar nuevas estrellas en tan sólo un millón de años.

Los antecedentes: Las observaciones sugieren que estas galaxias pueden llegar a perder 1200 veces la masa de nuestro Sol cada año debido a estos fuertes vientos. Esto sería suficiente para barrer todas sus reservas de gas en un periodo de entre un millón y 100 millones de años. En otras palabras, alguna galaxia podría perder todo el material que le permite formar nuevas estrellas en tan sólo un millón de años.

Estas corrientes podrían ser el resultado de la intensa emisión de luz y partículas de las estrellas más jóvenes, o de las ondas de choque generadas tras la explosión de las estrellas más viejas. Otras teorías sugieren que podrían tener su origen en la radiación desprendida por la materia que se arremolina entorno a un agujero negro en el centro galáctico.

Nuestra galaxia, la Vía láctea
En el espacio entre las estrellas hay gas y polvo, los cuales representan, al menos, un 20% de la masa de nuestra galaxia. En la Vía Láctea se considera que existe una densidad de gas de aproximadamente 0,2 a 0,5 átomos/cm3 en los alrededores del Sol; con respecto al polvo se estima un promedio de 1 g/cm3.
El polvo interestelar está compuesto de partículas de grafitografito (carbono) combinado con otros elementos que podrían ser oxígeno, silicio, hierro, magnesio, y, en ocasiones, con una variada gama de moléculas adheridas en su superficie.
Quizás, esto nos lleve a lograr comprender la formación de las galaxias elípticas o quizás a un nuevo método de aniquilación de las galaxias.

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