lunes, 22 de agosto de 2011

Cassini y sus siete años en saturno



Hace ya mas de siete años, el 1 de julio de 2004, la sonda espacial Cassini se situó en órbita en torno a Saturno tras igualmente casi siete años de viaje interplanetario, pues abandonó la Tierra en octubre de 1997. Desde ese momento, y hasta ahora, la nave ha realizado más de un centenar de órbitas en torno al planeta anillado, sobrevolando docenas de veces sus mayores satélites. En el caso de Titán, lo ha hecho en ochenta ocasiones.

Cassini ha revolucionado nuestro conocimiento del planeta más emblemático de todo el Sistema Solar: Saturno, sus mundos de hielo y las complejas interacciones y dinámicas entre él, sus anillos y la multitud de lunas que lo circundan. Entre los hitos más notables de esta exitosa misión se encuentran el primer descenso de un artefacto humano (la sonda europea Huygens, que iba de pasajera de Cassini) en Titán, el hallazgo de mares y lagos de hidrocarburos líquidos en este satélite o el descubrimiento de géiseres activos de agua en la luna Encélado, por mencionar sólo algunos de ellos.

Esta sonda espacial, que goza de excelente salud, se encuentra en la actualidad en la segunda de las extensiones de su misión original. La duración inicial de la misma comprendió desde la entrada en órbita alrededor del Planeta Anillado en julio de 2004 hasta junio de 2008.

Equinoccio, la primera prórroga, tuvo lugar de julio de 2008 a septiembre de 2010. Recibió este nombre al coincidir con esta fase de la órbita de Saturno. En el equinoccio saturnino, que ocurrió en agosto de 2009, el Sol se encontraba alineado con el ecuador del planeta, y por ello sus anillos, que giran en torno a la “cintura” de este cuerpo, no recibían apenas luz solar.

A medida que Saturno ha ido girando alrededor de nuestra estrella, la inclinación de los rayos solares ha cambiado. En mayo de 2017 comenzará el verano en su hemisferio norte: será el momento del solsticio de verano. Así, con el objetivo de estudiar los cambios en el mundo anillado a lo largo de este periodo de tiempo, la segunda prórroga de la misión de Cassini, que empezó en septiembre de 2010, se ha denominado Solsticio. Se pretende que finalice cuando la sonda se precipite sobre la atmósfera de Saturno en 2017, lo que coincidirá previsiblemente con el agotamiento del combustible que lleva a bordo para efectuar sus maniobras orbitales.

¿Cómo resumir en unas líneas el abanico de descubrimientos que ha realizado Cassini en sus siete años de actividad? Con un vistazo al multimedia de este artículo nos podemos hacer una ligera idea de las maravillas que esta sonda espacial ha encontrado en el sistema de Saturno y sus más de sesenta lunas, pero daremos a continuación unas pinceladas de algunos de los hitos más recientes de esta productiva misión.

En 2010 los científicos detrás de Cassini descubrieron en Titán el que parece ser el mejor candidato para un criovolcán, o volcán de hielo. Debido a las gélidas temperaturas imperantes en esta lejana región del Sistema Solar, no es la roca fundida la que crea los volcanes, sino el hielo de agua y otros compuestos congelados. Estos volcanes expulsarían lavas de metano procedente del interior de Titán, lo que podría explicar la persistencia de este compuesto en la atmósfera del satélite. Puesto que la radiación ultravioleta del Sol destruye el metano a lo largo del tiempo, debe existir un mecanismo que lo reponga.

Y siguiendo con el mayor satélite de Saturno, el año pasado varios grupos de científicos publicaron trabajos en los que exponían indicios de la existencia de playas, bahías y deltas en las orillas de Ontario Lacus, el mayor de los lagos de metano, etano y propano líquidos del hemisferio sur de Titán, con unos quince mil kilómetros cuadrados de superficie. Las observaciones de radar muestran que el lago es muy poco hondo, con una media de unos dos metros de profundidad. Asimismo, debido a la viscosidad de su composición y a la total ausencia de viento, parece que las olas de Ontario Lacus no deben sobrepasar el milímetro de altura (¡!)

Otro hallazgo de actualidad es la observación por vez primera de relámpagos en luz visible en la atmósfera de Saturno. Detectados en radio desde las misiones Voyager en los años ochenta, no ha sido hasta la llegada del equinoccio en 2009, cuando la luz del Sol caía directamente sobre el ecuador del planeta y apenas iluminaba los anillos, que ha habido la suficiente oscuridad en la atmósfera como para que las cámaras de Cassini pudieran fotografiar estas gigantescas descargas eléctricas en las nubes tormentosas del planeta.

Y para acabar con este apresurado resumen de la ciencia de Cassini, un misterio que tiene en jaque a los geólogos planetarios: la extraña anomalía térmica de Mimas, otro de los satélites de Saturno. De apenas cuatrocientos kilómetros de diámetro, Mimas muestra en su superficie unas diferencias de temperatura diurna completamente inesperadas. Una región de la luna es del orden de quince Kelvin más fría que la otra, con una frontera entre ambas con forma de letra uve tumbada, lo que le ha valido el apodo del satélite PacMan, por su parecido con el popular videojuego. Curiosamente, esta región más fría está centrada en el mayor cráter de impacto de Mimas, Herschel, y además es también la que mira en la dirección del movimiento orbital del satélite. ¿Qué conexión hay entre todos estos hechos?

De lo que no cabe duda es que Cassini seguirá sorprendiéndonos… En la web de la misión se pueden consultar con todo detalle los pormenores y actualizaciones de la misma, junto con las espectaculares fotografías y animaciones que transmite desde 1.500 millones de kilómetros de distancia. Felicidades en su séptimo aniversario, y que cumpla muchos más...


cred. Angel Gómez Roldán

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