¿ Se han preguntado alguna vez que sucede con nuestro sistema visual? ¿ que hace que solo podamos obsevar ciertas cosas y a veces por mas que queramos ni siquiera podemos observar la realidad?
Para que vayamos entendiendo observemos un primer ejemplo; si tratan de fijar su vista en las lineas circulares de seguro, se les producirá un efecto extraño.
Si les parecia que estaban girando, entonces ustedes son humanos, aunque en realidad no giran sino que estan pintadas solamente.
Observemos un segundo ejemplo, volvamos a fijar la vista en la imagen, observen el tapis.
¿ Les parece que se está moviendo? bueno, lamento decirles que tampoco se mueve.
Bueno, si aún quedan algunos que han logrado escapar a estos dos ejemplos anteriores y continuan incrédulos sin logran entender, de seguro con este tercer ejemplo, entenderán de que estamos hablando.
¿ Efectos visuales o trampillas? Lo cierto es que en nuestro sistema visual se produce una gran paradoja; cuando tratamos de fijar nuestra vista en un objeto, nuestros ojos, nunca están quietos, es decir, varias veces por segundo transcurrido, se producen sin darnos cuenta pequeños movimientos llamados
"microsacadas".
Pero cosa extraña, si lograramos mantener nuestra vista fija por un buén rato, nuestra percepción visual desaparece.
Descifrando el código neural
Puesto que las microsacadas son necesarias para mantener la visibilidad de
los objetos, esto las convierte en una importante herramienta para entender el
lenguaje que las neuronas usan para "hablar" entre sí: el código neural. Al
correlacionar las microsacadas con la actividad neural que producen, podemos
estudiar de forma indirecta el substrato neural de la visibilidad. Esto quiere
decir que si sabemos qué tipos de respuestas neuronales se producen tras las
microsacadas, podemos tener una idea aproximada acerca de cómo el sistema visual
codifica la visibilidad de las cosas.
Las neuronas se comunican entre sí mediante impulsos eléctricos llamados
"espigas" o "potenciales de acción". Si un estímulo visual aparece de repente,
una neurona reaccionará produciendo más espigas que en ausencia del estímulo.
Pero, ¿son todas estas espigas igualmente importantes para señalar la presencia
(o ausencia) del estímulo a la neurona siguiente?
Una "ráfaga" de espigas se produce cuando una neurona dispara varias espigas
consecutivamente durante un breve período de tiempo. Livingstone, Freeman y
Hubel (1996) descubrieron que las ráfagas de espigas se relacionan mejor con
cómo vemos la forma de los objetos que las espigas que ocurren esparcidas a lo
largo del tiempo.
Conclusiones.
En nuestro sistema visual, las microsacadas que producimos durante la
fijación visual evitan la adaptación, al menos en parte, haciendo que las
neuronas del area V1 continúen respondiendo a estímulos estacionarios. Las
espigas producidas por las microsacadas no ocurren al azar, sino que están
agrupadas de manera específica, habitualmente formando ráfagas de 3 o más
espigas. Estas ráfagas son una clave importante para desvelar el "lenguaje" que
nuestro cerebro usa para representar la visibilidad del mundo que nos rodea.
Encontrando una aguja en un pajar.-
La famosa serie de libros de juegos “¿Donde está Wally?”, ha contribuido a un importante avance científico sobre cómo el cerebro lleva a cabo búsquedas visuales.
por medio de estudios al respecto, se ha demostrado que minúsculos e inconscientes movimientos de los ojos revelan la localización de Wally durante una búsqueda visual productiva. Estos mismos movimientos oculares microscópicos –llamados microsacadas—son críticos para la visión normal, y asimismo juegan un papel en la percepción del movimiento.
En un ejercicio llevado a cabo con un grupo de participantes, estos observaron escenas de los libros “¿Donde está Wally?” e indicaron dónde se encontraba Wally.
Los movimientos de sus ojos se registraron simultáneamente con alta precisión, y se observó que la producción de microsacadas aumentaba en correlación con cada búsqueda efectiva. Los resultados revelan una conexión directa entre los movimientos de los ojos y la forma en que exploramos escenas para encontrar objetos de interés. Estos descubrimientos pueden ayudar a comprender los mecanismos neurales subyacentes a la exploración visual, tanto en el cerebro normal como en pacientes con déficits visuales y oculomotores.
Asimismo podrían ayudar a diseñar futuras prótesis neurales para pacientes con daño cerebral, y proporcionar información critica para mejorar el diseño de dispositivos de visión artificial. Finalmente, el estudio proporciona una posible explicación para el papel central de las microsacadas en la visión.
Movimiento de los ojos.
Quizas la mayor problemática que se nos presenta es que "no somos conscientes de nuestros movimientos oculares", así y todo, el entorno que nos rodea y en general lo que vemos a diario, entra por nuestra vista ( la retina) pero es en definitiva nuestro cerebro el encargado de formar y construir las imagenes con lo que le intereza y rellenando lo demás con adaptaciones.
El LGN (lateral geniculate nucleo)
Es el principal centro de procesamiento de la información recibida desde la retina del ojo. Se encuentra en el interior del tálamo del cerebro, y por lo tanto es parte del sistema nervioso central.
El LGN recibe información directamente desde las células ganglionares de la retina a través del nervio óptico Las neuronas del LGN envían sus axones a través de la radiación óptica a la corteza visual primaria, también conocida como el córtex estriado, en la parte media y posterior del lóbulo occipital.
Ahora, para observar estos otros tipos de imagen, la cosa se nos hace mas dificil.
Si la retina humana pudiera reaccionar ante el estímulo de ondas de longitudes de 2.000 Angström (infrarrojo) no necesitaríamos dispositivos especiales para ver de noche.
La luz que podemos ver con nuestros ojos, tiene longitudes de onda de entre 400 nanómetros (4.000 Angström) y 780 nanómetros (7.800 Angström).
Según sea la longitud de esa onda, el cerebro la percibe como un color violeta, azul, verde, amarillo, naranja o rojo.
En resumidas cuentas, vemos solamente una pequeña parte del espectro de radiaciones existentes.
Las otras longitudes de ondas, las de rayos gamma, rayos X, ultravioleta, infrarrojo, microondas, llegan al ojo pero la retina no reacciona ante ellas y, por lo tanto, no las transmite al cerebro.
Gracias al ingenio de su mente, el ser humano ha construido dispositivos que le permiten ampliar su visión del mundo captando esas otras longitudes de ondas.
Esto es lo que hacen los telescopios terrestres y espaciales equipados con cámaras de radiofrecuencias, rayos gamma, rayos X y radiofrecuencias.
Bueno, por último agregar que para mirar hacia las estrellas, hemos tenido que crear ciertos instrumentos para evitar esos mismos micromovimientos que se producen con nuestra atmosfera, los interferómetros han sido una gran solución, gracias a estos, hoy podemos lograr observar con una calidad my nítida comparable con la de los telescópios espaciales.