En un reciente estudio sobre la evolución química de nuestra galaxia, elaborado por la Universidad de Hull, se ha determinado que los compuestos básicos para la formación de rocas y minerales como los terrestres son ubicuos en toda la Vía Láctea.
Se cree que los minerales compuestos por carbono, oxígeno, magnesio y silicio conforman el paisaje de los exoplanetas rocosos que se forman en torno a estrellas como la nuestra. Pequeñas diferencias en la composición mineralógica de estos planetas podrían tener efectos importantes sobre la tectónica de placas y la forma en que se calienta y enfría su superficie, pudiendo afectar en gran medida a su habitabilidad.
Hasta ahora se pensaba que podrían existir tres tipos distintos de planetas rocosos: los parecidos al nuestro (ricos en silicatos), los planetas carbonosos y los planetas ricos en magnesio.
Se cree que la proporción de los elementos químicos terrestres ha podido ser la más apropiada para el surgimiento de la vida. Planetas con mucho contenido en carbono, por ejemplo, terminarían teniendo superficies más parecidas al grafito de nuestros lápices que a los paisajes a los que estamos acostumbrados en la Tierra.
Los investigadores diseñaron una sofisticada simulación informática de la evolución química de nuestra galaxia, que resultó en una exacta recreación de la composición química de la Vía Láctea, tal y como la conocemos en la actualidad. Este modelo ha permitido examinar detalladamente los procesos químicos de la formación de planetas. Los resultados obtenidos han sido sorprendentes.
“¡Pensábamos que el modelo era incorrecto!”, cuenta uno de los científicos. “Todo encajaba tan exactamente a la perfección que nos pareció sorprendente la alta proporción de planetas parecidos a la Tierra que se formaban en nuestra galaxia simulada.” Y es que se esperaba que tan sólo un tercio de los planetas rocosos tuviera una composición parecida a la terrestre.
No todos estos planetas serán exactamente como la Tierra, con condiciones que permitan que el agua líquida fluya por su superficie. Sólo hay que fijarse en Marte y Venus para comprender de qué diferentes maneras pueden llegar a evolucionar los planetas terrestres. Sin embargo, si sus constituyentes son similares a los planetas rocosos del sistema solar será mucho más probable que se formen gemelos terrestres.
Y esta probabilidad es ahora tres veces mayor de lo que se pensaba
No hay comentarios:
Publicar un comentario