Son las 13,30 horas de un día lunes muy normal y voy
manejando por la avenida de siempre, la costanera, una gran calle vehicular que
bordea toda mi ciudad de norte a sur casi a orillas de la costa bañada por el océano
pacífico, Es una de esas tardes muy congestionadas de vehículos, quizás sea por
la hora, lo cierto es que algo me comienza a llamar la atención allí arriba y
es que en medio del cielo despejado, veo el paso de un avión a reacción, de
esos que van dejando una estela de humo blanco, quizás, como mudo testimonio de
esas gigantescas velocidades que llegan a alcanzar las modernas naves, pero
este solo hecho me comienza a hacer pensar un poco más; en todo lo que hemos llegado a conseguir como raza humana.
Miro a mi lado y observo como el paisaje está compuesto de
autos, todos modernos aerodinámicos,
enormes camiones y mas allá, al oeste en medio del mar, esos tremendos barcos
anclados a espera de poder atracar en el puerto, al lado mío,
casi como un copiloto observo mi moderno celular con wifi , el que me permite
estar constado las 24 horas del día con todo el mundo. Pero vamos, entre todo esto, estoy como
comenzando a entender un poco ese término de las selvas de la ciudad y me trae a la memoria algunos párrafos de un poema al respecto que
un día leí:
Selvas de ciudad
" En semicírculo se
abre la selva de casas:
unas al lado de otras, unas detrás de otras,
unas al lado de otras, unas detrás de otras,
unas encima de otras,
unas delante de otras,
todas lejos de todas.
Las mismas azoteas
rojizas, las mismas cúpulas pardas.todas lejos de todas.
Los mismos frentes desteñidos, las mismas rejas sombrías.
Debajo de los techos, otra
selva,
una selva humana, se
mueve.
Pero no en línea recta.........."
Pero no en línea recta.........."
¿Qué cosas no?, pero bueno, hay un taco enorme y los minutos comienzan a
pasar más lentamente, quizás como avalando esa tan conocida ley de Einstein, me
refiero a la relatividad y valla como funciona, si cada minuto que va pasando se me hace como
de 300 segundos y es que a esta hora además del taco, el apetito comienza a
apoderarse de mi estómago.
Quizás esa cuasi
ensalada de apetito ensalzada con taco, haga que mi mente se ausente un poco de
aquí y comience a escavar en mi memoria
, llevándome a otros periodos de mi vida, mi juventud es mi primera parada, que distinto
eran los vehículos de entonces, los autos mas cuadrados, las calles menos
congestionadas, pero sigo retrocediendo
y pienso en mi infancia, para los que estamos entre los cuarenta y los
cincuenta, podremos recordar que en la década de los sesenta, habían muy pocos autos,
acá en mi ciudad, comenzaba recién a llegar la televisión, y como no
recordarlo, eran unos grandes muebles de madera con unas pantallas grises, había que encenderlos unos 10 minutos antes,
pues se demoraban mucho en calentarse los tubos, y luego a sentarse a mirar
Bonanza, una serie del oeste en blanco y negro y pensar que hoy en casa tengo
LCD grandes, de 32” con imágenes Full HD a todo color y con mas de cien canales
para elegir, los minutos pasan y no logro avanzar mucho, las paradojas de la
vida, mientras mas modernidad en las calles, mas problemas para avanzar, un
señor mayor de un vehículo de al lado me trae a la memoria a mis abuelos, que
tiempos, la primeras décadas del siglo pasado, cuando recién aparecían los
autos, de televisores ni hablar y a los teléfonos recién les habían colocado
una ruedita para marcar, en todo caso casi nadie tenia uno.
Y así sigo pensando en mas atrás, quizás por los tiempos de
mis bisabuelos a quizás de mi tatarabuelos, y sumando y restando, me comienzo a
adentrar a los años 1880
Que increíble, hemos retrocedido solo unas cuantas
generaciones de nuestro árbol genealógico y la vida realmente a cambiado, quizás
para aquellos primeros tatas, nosotros seriamos como sacados de la ciencia
ficción, nuestras cosas rutinarias para ellos serían cosas increíbles, y tal
vez otra cosa mas increíble que ellos verían en nosotros, es que un cuarentón o
cincuentón de hoy parecería un verdadero joven de su época, quizás ellos mismos
a los cincuenta se verían bastante estropeados, la medicina, la ciencia, en
definitiva, las expectativas de vida que
cada vez nos van favoreciendo mas son las responsables.
Prehistoria .-
Prehistoria .-
Pero vamos, quizás echando mas marcha atrás en este reloj
mental podríamos remontarnos a periodos mas tempranos, como la prehistoria; en
donde los hombres emigraban siguiendo a los animales que buscaban pastos para
alimentarse, vivían de la caza, pesca y recolección de frutos silvestres.
Estamos en ese periodo que solo conocemos interpretando los restos de lo que
aún queda por allí, pues el termino prehistoria designa el periodo de tiempo
transcurrido desde la aparición del primer ser humano hasta la invención de la
escritura, hace mas de 5.000 años(aproximadamente el año 3.000 A.C.).
Como Hemos Cambiado.-
Y pensar que somos
una especie mas de las tantas miles que habitan el planeta, pero claramente eso
que tenemos en la parte superior de nuestras cabezas es lo que nos ha hecho ser
diferentes, el cerebro humano o mejor dicho, la conciencia, aquella que nos
abandona cada vez que nos dormimos y vuelve cada mañana cuando despertamos.
Parte de la Casualidad.-
¿Seremos realmente parte de una casualidad? Aquella que comenzó
a evolucionar desde hace casi 3.5 mil millones de años, cuando apareció la vida
en nuestro planeta.
Pero la casualidad se define como una combinación de cosas o
hechos algo imprevisibles e inevitables
muy parecido a lo que es el azar. Yo mas
bien destacaría algunas frases celebres:
“No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar
surge de las fuentes más profundas”. Friedrich Schiller.-
"La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos
hubiere ocurrido pedir". Lamartine.-
"La casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada
de un efecto desconocido". Voltaire
"La vida es hermosa, vivirla no es una casualidad". Albert Einstein.-
El Tesoro mejor guardado.-
........Lo cierto es, que todo lo que hemos logrado avanzar como
raza humana, nuestras cosas buenas y malas, nos lleva a pensar que somos” El tesoro mejor guardado del
Universo”, al menos, hasta que no encontremos a
alguien igual o mejor que nosotros.